Asumiendo que la elección del Software y la Arquitectura del Sistema es la adecuada (y no hay que suponer lo contrario), la realidad de cada empresa, las personas, organización, cultura… debe ser tenido especialmente en consideración para conseguir un proyecto con garantías de éxito.

Con demasiada frecuencia, los proyectos de implementación fallidos terminan convirtiéndose en una guerra de recriminaciones entre todas las partes intervinientes y en caso todos los casos se acaba concluyendo que “no era el producto adecuado”. Este diagnóstico no es correcto en la mayoría de los casos.

Llevar adelante un proyecto de cambio de Sistema requiere tesón para obtener lo que se desea, paciencia para dar tiempo a que las medidas o las fases del proyecto se ejecuten debidamente, voluntad de involucrarse, experiencia para saber sortear los obstáculos y un presupuesto realista.

Si alguno de estos elementos falla, el resultado es una lotería donde las apuestas cuestan mucho dinero.

Lograr que un Sistema logre el objetivo para el que nuestros clientes invierten sus recursos es lo que en AINTSA denominamos “Despliegue de Sistemas”.